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11 pero un día entró en la casa para cumplir con sus obligaciones, y como allí no había nadie, 12 ella lo agarró de la ropa y le dijo:

«Acuéstate conmigo.»

Pero él dejó su ropa en las manos de ella, y salió corriendo de allí. 13 Cuando ella lo vio salir corriendo, y que había dejado su ropa en sus manos,

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